(...) Ford también se abrió con Elia Kazan y, años más tarde, con el joven Bertrand Tavernier. Cuando Kazan le acorraló en una fiesta, Ford dijo que había que sacado sus ideas del plató. No del guión, ni de los actores, ni del tema. Del plató. "Los decorados que escogía eran ya poesía -dijo Kazan-. Adaptaba su acción a ellos."
Cuando Kazan hizo ¡Viva Zapata!, contrató a todo el equipo de Ford que pudo y les hizo preguntas sin cesar sobre sus métodos. "Levántese pronto, antes que todos los demás -le dijeron-. Use el día tal como se va presentando. El clima de cada día es un efecto dramático. No lo falsee, úselo. [...] Salga al plató antes que ningún otro, camine por él. Mire por aquí, por allá. El plató es su principal herramienta."
"No muchos movimientos de cámara -dijo Ford à Tavernier-. Todos los jovencitos que empiezan quieren hacer locuras con la cámara. Es inútil. La continuidad más simple es la más eficaz: un plano y un contraplano. Debes pasar más tiempo con los actores y el diálogo que con la cámara. Cualquiera puede pensar en un movimiento difícil de la cámara, pero muy poca gente consigue retener la misma sensación entre un plano general y un primer plano para conservar la calidad de la emoción."
Se exigía mucho a sí mismo y destacaba la comprensión centrada del material y su manera de verlo. Dijo a Jean Mitry: "Puedes cambiar un pie, modificar un incidente, pero el movimiento de la cámara, como su posición, están determinados de antemano. Un director que cambia de opinión es un director que pierde el tiempo. Debes tomar tus decisiones antes, no durante el rodaje. [...] ¿Qué pensarías de un arquitecto que llegase al edificio preguntándose dónde poner la escalera? No se compone una película en el plató: haz una composición previa del film. Es una equivocación comparar a un director con un autor literario. Es más parecido a un arquitecto, si es creativo. Un arquitecto concibe sus planos a partir de unas premisas dadas: la finalidad del edificio, su tamaño, el terreno. Si es listo, puede hacer algo creativo a partir de esas limitaciones." (...)
Print The Legend. La vida y época de John Ford., Scott Eyman
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