lunes, 22 de febrero de 2021

Pickpocket (Programa 1: El mundo del revés)


 Salvo esta sublime excepción no he tenido clandestinidad.

Emily Dickinson, Cartas


Jean Douchet:  No le ocultaremos nuestra sorpresa ante el anuncio del tema de la película que emprende usted estos días: Pickpocket.

Robert Bresson: Un tema es un pretexto. Y además, no somos del todo responsables de las ideas que se nos pasan por la cabeza: sí lo somos, en cambio, de lo que hacemos con ellas. Mi última película, Un condenado a muerte se ha escapado, me había orientado hacia las manos, la extraordinaria habilidad de las manos, ¡su inteligencia! Si no recuerdo mal, leí una frase de Pascal del tipo: “El alma ama la mano”. El alma de un carterista, la mano de un carterista… Hay algo fascinante en el hurto de un escamoteador. ¿Ha sentido usted la turbación que se respira en presencia de un ladrón? Es inexplicable. Pero el cine es el terreno de lo inexplicable.

Arts, 17 de junio de 1959


Robert Bresson: La policía me explicó… Un día fui con ellos al Gran Premio de Longchamp del año pasado. Desafortunadamente, éste tuvo lugar al mismo tiempo que la Exposición Universal de Bruselas, y todos los carteristas estaban en Bruselas. No había carteristas en el Gran Premio, así que no presencié nada. Pero me dijeron que cuando hay una banda de tres, cuatro o cinco carteristas muy hábiles, internacionales, en una congregación como aquella de Longchamp, ¡sucede algo increíble! Me refiero a que algo se siente tanto en el ambiente como en los monederos. ¿Comprende usted lo que quiero decir? La ágil presencia de una mano, el escamoteo, la propia desaparición, esa mirada que se ilumina, inteligente y rápida, y esa desaparición de objetos y personajes.

Le masque et la plume France Inter, 9 de enero de 1960


L’Express: ¿Le parece que lo que caracteriza Pickpocket es la noción de precisión?

Robert Bresson: Algunos pasajes de la película deberían procurar al público el placer que brinda la precisión, algo que otorgan también la simplicidad y la claridad. 

L’Express, 23 de diciembre de 1959


L’Express: ¿Tiene un significado moral su película?

Robert Bresson: Si lo tiene, no lo he buscado. Como en mis otras películas, me esforcé sobre todo por interiorizar a mi personaje principal. Traté de filmar al mismo tiempo los gestos de un cínico y su lucha consigo mismo. 

L’Express, 23 de diciembre de 1959


Robert Bresson: El drama de esta historia es la incertidumbre; y la incertidumbre rodea a todos los ladrones. Lo terrible para un ladrón es no saber si ha sido visto o no. La policía me dijo que los ladrones generalmente mueren de afecciones cardíacas. Son personas que viven haciendo algo que se convierte en una droga para ellos, tanto es así que tampoco soportan la prisión. La mayoría de ellos se suicidan o intentan suicidarse, incluso por unos pocos meses de prisión. Hay, pues, un drama alrededor de ellos; un drama que, por lo demás, ellos mismos se crean  y que es su propia droga; un drama que quizás sea el de la incertidumbre. 

(...)

Público: Sería de lo más normal que el censor del Ministerio de Interior condenara la película porque, pese a todo, el aspecto documental parece hacer gala del escamoteo.

Robert Bresson: Es también una manera de prevenir a las personas para que presten atención a sus carteras. [Risas.]

Le masque et la plume France Inter, 9 de enero de 1960


Todas las entrevistas en Bresson por Bresson, entrevistas (1943-1983)

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